La colaboración Cochrane es una organización internacional sin ánimo de lucro, en la cual 5000 miembros de más de 50 países trabajan haciendo revisiones sistemáticas de la literatura y formando grupos de metodología. La junta directiva de 14 miembros se reune 2 veces al año.
Sin embargo, cuando asistimos a una conferencia científica médica o cuando se hace una revisión de tema y nos sustentamos en la colaboración Cochrane, no es extraño encontrarnos con: ..." No hay datos suficientes que recomienden o no (el tratamieno,acción, etc..), la evidencia es insuficiente, o se necesitan más estudios con mayor número de pacientes...."
Con respecto a este punto, un estudio publicado en la revista Acta Paediatrica en Octubre de 2006 hace un análisis sistemático de las revisiones del grupo Neonatal de Cochrane. Se formularon 3 hipótesis:
1) La mayoría de las revisiones no son concluyentes
2) La mayoría de las revisiones reconoce que se necesitan más estudios
3) La habilidad de saacar conclusiones depende del número de estudios y el número de pacientes.
Las conclusiones son las siguientes: Se encontraron 170 Revisiones, de las cuales el 67,7 % eran concluyentes. El número promedio de artículos era similar, pero el número de pacientes era 3 veces mayor en las revisiones que eran concluyentes. La gran mayoría de las revisiones recomiendan realizar más estudios para corroborar los datos. La probabilidad de que una revisión fuese concluyente se correlacionaba negativamente con el año de publicación, es decir que entre más nueva fuera la revisión, menos probabilidad de ser concluyente tenía.
Esto nos hace un llamado a realizar más estudios de buena calidad con buena cantidad de pacientes y también a ser más críticos con lo que encontramos en la literatura médica, no sólo en Cochrane.
Sabemos que en medicina no hay nada que sea 100% seguro y que se necesitan médicos capaces de hacer preguntas constantemente, no "tragar entero" y que esto es útil para descubrir nuevas cosas, siempre pensando en el beneficio del paciente.
A veces se necesitan correr riesgos calculados y para esto cito el ejemplo del Dr Néstor Vain y sus colaboradores en Argentina que con su estudio en Lancet (2004; 364: 597–602) demostró que no era necesario aspirar de rutina a los recién nacidos con líquido meconiado apenas saliera la cabeza, a pesar de que las guías de reanimación recomendaban hacerlo. Se necesitó gran decisión y valentía para realizar este estudio. Los resultados de este trabajo llevaron a la modificación de las guías internacionales de reanimación en el neonato.
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