El estudio, que, de acuerdo con Fernando de la Hoz, director del INS, será presentado en los próximos días, también se orientó a determinar si los síntomas tienen relación con la aplicación de la vacuna contra el VPH.
Publicado Por : Pipediatra
domingo, 4 de enero de 2015
Este artículo fue tomado del periódico El Tiempo, donde se aclara todo este embrollo que se formó con los posibles efectos secundarios de la aplicación de la vacuna del papiloma. Cabe anotar que el mal manejo de los medios de comunicación del caso, ocasionaron desinformación y empeoraron el problema.
A continuación el artículo:
Los desmayos, la
debilidad en las extremidades y otros síntomas que cientos de niñas y
adolescentes del municipio de El Carmen (Bolívar) atribuyeron hace algunos
meses a la vacuna contra el virus del papiloma humano (VPH) no están
relacionados con este preparado biológico.
Esa es la principal
conclusión de un concienzudo estudio epidemiológico llevado a cabo por el
Instituto Nacional de Salud (INS), que analizó cada uno de los casos
presentados en esta localidad entre mayo y noviembre.
En un informe de 60
páginas conocido por EL TIEMPO,investigadores
del instituto explican que después de revisar y analizar 629 historias clínicas
y de identificar a 517 pacientes, ninguna de ellas presentó alteraciones
orgánicas. Tampoco
se encontraron signos o síntomas neurológicos o de otro tipo que permitieran
hacer diagnósticos sobre la presencia de enfermedades físicas.
El estudio, que, de acuerdo con Fernando de la Hoz, director del INS, será presentado en los próximos días, también se orientó a determinar si los síntomas tienen relación con la aplicación de la vacuna contra el VPH.
El estudio, que, de acuerdo con Fernando de la Hoz, director del INS, será presentado en los próximos días, también se orientó a determinar si los síntomas tienen relación con la aplicación de la vacuna contra el VPH.
En ese sentido, se comprobó
que la totalidad de las vacunas aplicadas en El Carmen de Bolívar son del mismo
fabricante y pertenecen al mismo lote, y que la cadena de frío no presentó
alteraciones que pudieran afectar al biológico.
Durante el análisis
también se determinó que los episodios no presentan aumentos que evidencien picos
que coincidan con el periodo de aplicación de las vacunas;
por el contrario, tienen una distribución plana en el tiempo. De igual forma,
se estableció que la mayoría de ellos se presentaron en colegios públicos urbanos en comparación
con los rurales y
los privados, donde no hubo denuncias similares.
Los investigadores anotaron,
además, que la mayor cantidad de niñas afectadas se encuentra entre los 11 y
los 13 años de edad, aun cuando la mayor cantidad de vacunas han sido aplicadas
entre los 9 y los 11 años. De hecho, algunos casos se presentaron en niñas que
aún no habían recibido el biológico.
Estos elementos,
sumados al hecho de que se comprobó la no existencia de intoxicaciones
específicas con plomo, llevaron finalmente al instituto a descartar la relación
de todos los episodios y los síntomas con la vacuna contra el VPH.
El mismo informe
también desechó otras hipótesis que podrían haber explicado los síntomas
presentados por las niñas y adolescentes, como intoxicaciones por alimentos,
plaguicidas, sustancias psicoactivas o juegos con elementos sobrenaturales.
En ese orden de ideas, el INS
considera que lo ocurrido podría deberse a “episodios de causa psicogénica”,
favorecidos por la percepción de miedo entre las niñas, ante la posibilidad de que algo
tóxico hubiera ingresado a su cuerpo; la mediatización de los episodios y la
falta de respuesta clínica ante los eventos que iban en aumento.
Pudieron haberse sumado también las condiciones de pobreza, de violencia y de carencias específicas del pueblo, el bajo nivel de ilustración general de la población y la influencia de conceptos antivacuna, mezclados con preceptos de índole moral, religiosa, política y hasta económica.
Pudieron haberse sumado también las condiciones de pobreza, de violencia y de carencias específicas del pueblo, el bajo nivel de ilustración general de la población y la influencia de conceptos antivacuna, mezclados con preceptos de índole moral, religiosa, política y hasta económica.
Otros
hallazgos
Los 14 casos iniciales
de supuestas reacciones adversas, que se presentaron entre marzo y mayo, se
relacionaron con la fumigación de un colegio, según el INS. Algunas niñas
afectadas fueron llevadas a “médicos no formales”, incluidos naturistas y
“homeópatas”, que sugirieron la vacunación como posible causa de los efectos.
La hipótesis tomó fuerza y los casos subieron en los meses siguientes.
El director del INS
dijo que harán seguimiento durante un año y que, si bien no se hallaron
enfermedades orgánicas y se demostró que la vacuna no fue la causa del brote,
las características psicógenas de los episodios exigen intervenciones de orden
social y cultural: el informe aconseja elaborar una estrategia
interinstitucional para desarrollar una intervención integral de las
condiciones sociales y económicas que afectan a El Carmen. También recomendó
hacer otro estudio epidemiológico que incluya otros factores involucrados con
el brote, y desarrollar estrategias de comunicación para la población sobre
factores de riesgo y compensar las altas tasas de desinformación.
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