Esto es lo que siento al ver el caso del niño manejado en Cali que supuestamente se curó luego de tener rabia.

Primero que todo ese depliegue amarillista de los medios de comunicación desde que se dió a conocer del brote de rabia en Santander de Quilichao hizo entrar en pánico a la población y ni qué decir de los padres y alumnos de la institución donde se dió el mencionado caso.

Le indujeron el coma porque era un paciente ansioso igual que sus padres (que tenían toda la razón de estar ansiosos por lo escuchado y visto en los medios), el niño salía en televisión relatando cefalea, sin embargo, lo que creo que más influyó para someterlo al tratamiento experimental fue la presión de los medios y del mal llamado ministerio de la protección social y digo mal llamado, porque esta no es la primera vez que en Colombia bajo la tutela del Dr Diego Palacio se presentan brotes graves de enfermedades prevenibles con vacunas, porque ya parece olvidado por todos el caso de la sierra nevada de Santa Marta con los fallecidos por fiebre amarilla hace unos cuantos años y yo me pregunto por qué estas personas siguen tan campantes en sus puestos públicos.

Sin tener el diagnóstico preciso ahora se promulga a los 4 vientos que en Colombia se curó el segundo caso en el mundo de rabia, llenando de falsas expectativas a las personas y asumiendo logros que desde mi punto de vista no han sido comprobados. Me imagino a un padre angustiado en otro país con su hijo infectado de rabia, escucha de alguna manera que en Colombia se cura la rabia y gasta enormes cantidades de recursos para venir y luego se encuentra con que todo ese esfuerzo fue en vano...

Me gustaría por ejemplo, escuchar qué tiene que decir de este caso el Dr Pío López pediatra infectólogo muy respetado y residente en Cali a quien sus palabras respecto al tema de infectología son escuchadas con atención.

Con respecto a los medios de comunicación no es la primera vez y lamentablemente la última en que se dejan llevar por motivos amarillistas, ojalá algún periodista lea esto y haga una reflexión frente al tema.

Si en algún momento este éxito científico se llegara a comprobar yo sería el primero en rectificar mis palabras y felicitar a todos los artífices de esto, pero hasta que eso no ocurra dejaré como constancia esta reflexión en mi página.