Beneficios contra infecciones de la lactancia materna a largo plazo
Hipotiroidismo congénito: Aspectos clínicos e imágenes diagnósticas
Partos bajo el agua
VIII Curso de Residentes de Pediatría U.P.B.
Los títeres del arte de curar, marionetas de obras sociales, hospitales y sistemas prepagos de atención, hospitales y sistemas prepagos de atención medica trabajan donde y como pueden. Su responsabilidad social hace funcionar las instituciones y su irresponsabilidad personal los lleva a exponerse inútilmente. El día en que ellos, verdaderos médicos por vocación, dejen de pensar tanto en el paciente, en su capacitación profesional a cualquier costo, en las instituciones para las que trabajan, y tomen conciencia de lo mucho que arriesgan en cada acto médico, ese día la atención del país se paralizará. Porque solo un demente, alguien que ha perdido la facultad de discernir entre la bondad y la estupidez, puede aceptar la responsabilidad de barajar una vida humana cuando un sistema perverso y carente en todo sentido NO le brinda la seguridad y tranquilidad necesarias para trabajar como corresponde.
Porque el médico que asume la responsabilidad en un acto quirúrgico, que se somete al estrés de desplegar su arte sobre un paciente dormido, que asume la lucha contra la enfermedad ajena, que desafía a la muerte sabiendo que no siempre triunfará y que acepta hacerlo por la vergonzosa remuneración que el sistema le asigna; ese medico no es bueno, es ¡estúpido!, es alguien que consume toda su inteligencia en el cadalso de su ofrenda personal hacia un prójimo que no le reconoce el esfuerzo. Agotada su paciencia, ya no puede ver que un error, aunque involuntario, le puede costar su patrimonio, su bienestar, su salud. Este suicida altruista figura en todas las cartillas de los sistemas prepagos de atención médica. Trabaja en los hospitales nacionales, provinciales o municipales, superado por un aluvión de pacientes que envejece haciendo colas y recibe atención francamente deficitaria.
Deambula por clínicas y sanatorios juntando monedas para poder subsistir. Este médico, suicida por vocación, inteligente para el prójimo y descerebrado para sí mismo, bueno y estúpido a la vez, responsable ante la sociedad e irresponsable ante su familia, es la carne de cañón, el centro del blanco de la industria de la mal praxis. Todo abogado sabe que en este sistema perverso, tan carente de recursos, tan manoseado por inescrupulosos enriquecidos a costa de la salud, el medico es el hilo fino mas fácil de cortar, el candidato ideal para exprimir, el ingenuo mas liviano de sacudir para rescatar las monedas que llevan en lo bolsillos.
Lo que pocos se han puesto a pensar, es que en definitiva este ensañamiento médico, que no discrimina entre idóneos e incapaces, entre buenos y malos, decentes y envilecidos comerciantes, es fundamentalmente perjudicial para el paciente. La comunidad toda empieza a sufrir las consecuencias cuando el médico capacitado, con experiencia, con reconocido prestigio entre sus colegas, empieza a “esquivar” la patología difícil, esa donde arriesga TODO y gana poco. El médico que cuida sus espaldas -obviamente- discrimina por necesidad. La comunidad toda sufre esta realidad, al verse privada de la idoneidad y la experiencia de sus mejores médicos. Porque los mejores, también los mas inteligentes, rápidamente ven la necesidad de dar un paso al costado para no exponerse. Si bien es cierto que algunos médicos no están acostumbrados a responsabilizarse por sus acciones, también es cierto que la inmensa mayoría, no tendría que trabajar en las actuales circunstancias. Arriesgan mucho sin ganar nada. Porque si un cirujano tiene que afrontar un juicio por mal praxis, la demanda supera en miles de veces la remuneración de su trabajo. Una intervención de USD $120 puede convertirse en un juicio de USD $120,000. Así las cosas, los sistemas prepagos de atención medica, circular mediante, solicitan a sus médicos fotocopia de la póliza de seguro suscrita. Ellos, al mejor estilo de Poncio Pilato, pretenden que el médico, con centavos que le asignan por su trabajo, contrate un seguro de mala praxis. De esta manera, los líderes de la medicina prepago se cubren de los errores del servicio que dicen brindar. Logran su cometido sin sacrificar un solo centavo de sus arcas. Con los aranceles vigentes, ningún médico puede asegurarse contra mala praxis. Con el temor a la mala práctica, ninguno puede trabajar como debería.
El auge de este tipo de juicios no es culpa de los abogados. Ellos, que son muchos y también deben subsistir, han visto las falencias del sistema que colocan al médico en la primera línea de fuego. Como frágil fusible de una máquina sanitaria en constante corto circuito, el médico salta y se quema. Gane o pierda, con o sin justicia, con razón o sin ella, el médico debe pagar. La sociedad parece ensañada con los encargados de velar por la salud.
Todos y cada uno debemos ser responsables de nuestros actos. Los errores deben ser asumidos y la impunidad desterrada. Estos grandes objetivos no pueden tener vigencia unilateral. La vida del paciente vale tanto como la del médico.
Por el bien de todos, la legislación debe proteger tanto a uno como al otro.
Autor: Anónimo.
Carta de un abogado a los médicos
Conversivas Vs Vacunas
Muchos padres de familia consultan porque sus hijos manifiestan que les pica la colita o los ven frecuentemente rascándose la zona anal. Casi siempre lo asocian con que tienen parásitos y entonces inmediatamente automedican o presionan al médico a formular un antiparasitario.
Pues les tengo una noticia: la primera causa de esta comezón a nivel de ano es la materia fecal alrededor. Es decir, se debe limpiar muy bien esta zona después de defecar e incluso revisarla después de orinar, ya que los niños, por su condición, de estar aprendiendo, no siempre se limpian bien y esto genera el prurito, que es el término que usamos los médicos para referirnos a la comezón. La causa por la cual los padres se deben fijar también si la zona anal está limpia luego de que los niños orinan, es porque al miccionar también se relaja un poco el esfínter anal y puede salir un poco de materia fecal. Cuando les menciono esto, no se imaginen grandes cantidades de materia fecal, son residuos que generan el prurito.
Recuerden, como lo mencioné hace algún tiempo, que los antiparasitarios no están exentos de riesgos, son medicamentos, que mal formulados, pueden ocasionar efectos secundarios incluso graves. Por eso no es adecuado suministrarlos a los niños con la libertad que lamentablemente de forma usual se hace.
Si el niño tiene otros síntomas como bajo peso, deposiciones con moco o sangre y además, a esto le sumamos un acceso deficiente al agua potable, la posibilidad de una parásitos si se eleva y es necesario consultar al médico.
Comezón en el ano: ¿Debo desparasitar a mi hijo?
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Trastorno de déficit de atención/hiperactividad y abuso de sustancias
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Infecciones de Piel y Partes Blandas en Pediatría Parte 2
Infecciones de Piel y Partes Blandas en Pediatría Parte 1
Calvin & Hobbes es la historieta que más me gusta. Muestra a un niño hiperactivo con una gran capacidad de soñar y su amigo imaginario un tigre de peluche.
Cuando vi esta imagen me entristecí un poco pensando en que muchos de nosotros un día cualquiera dejamos morir a nuestro niño interior.
Por favor, no dejenos que eso pase.