Una de las bebidas que más llama la atención es la cerveza, la cual al ser servida en un vaso arroja espuma de la misma forma que lo haría una auténtica. El producto es toda una sensación entre los niños japoneses desde hace algunos años y parece no escandalizar a los adultos japoneses, convencidos de que si un niño norteamericano puede tener una pistola de plástico y divertirse como vaquero, por qué sus homólogos orientales no deberían hacerse a un buen espumante como juguete y festejar en sus ratos de ocio.

Yo diría que estas situaciones de las que nos deberíamos avergonzar como seres humanos pasan en su gran mayoría a nuestra indiferencia como miembros de la sociedad. Es hasta posible que algún lector desprevenido de estas líneas se haya sonreído al leer el inicio de este artículo sin tener en cuenta el contenido fuertemente subliminal e incitador al alcoholismo que conlleva esta publicidad.

Los pediatras debemos estar atentos ante la publicidad que le llega a los niños ya que puede contener información perjudicial.

Ya los cigarrillos por ejemplo, no hacen la publicidad del hombre maduro montado en su caballo en el oeste fumando, sino que muestran jóvenes agradables, divirtiéndose en playas con cuerpos esculturales y promocionando alguna marca de cigarrillo. No nos dejemos engañar!!!